domingo, 29 de mayo de 2011

PAPA

A la carne yaciente y ya serena
te vi ayer, papá, encadenado
y al verte entre la seda, amortajado
lancé mi corazón contra la pena.

Atado, con dolor, a tu cadena
hoy tengo todo el llanto aprisionado,
y por verme contigo, allí enterrado
a tu desierto fuí, me hundí en tu arena.

Por mirarme en tus ojos, arrobado
y volver a sentir tu abrazo fuerte
arrasaría el mundo, despiadado.

No puedo verte ahí, frio e inerte,
y olvidar el dolor que está anudado
a mi vida, ligandolo a tu muerte.

Descansa en paz papá, queda en tu suerte
que cuando el Angel rojo haya llegado
tu me verás y yo volveré a verte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario